¿Dibujos en mi cuaderno!
José Miguel Herrera Romero
Es un gran ejercicio tener un cuaderno personal de notas –herramienta indispensable si queremos seguir avanzando en transformarnos como varones (para el caso de los hombres, claro)- pues, con el paso de los años que transcurren y se van, el impacto de ciertas vivencias se puede retomar y re-acomodar según la importancia que le demos a lo sucedido. Es un ejercicio que continuamente nos revela nuestros cambios.
En ese cuaderno podemos valorar también si determinadas huellas de experiencias dolorosas han sanado, si hemos mejorado o nos hemos movido nuestra mentalidad respecto de aquel entonces y, claro, si la dicha y alegría y magia de las delicias de la vida siguen vigentes.
Por ejemplo, encontré un dibujo que mi hijita querida dejó cuando aprendía a escribir. Aquel hallazgo me inspiró un delicioso poema en el que intenté interpretar el mágico mundo de sus primeros años. Una especie de viaje en el tiempo, para entender su mágica infancia, fabulosa siempre.
¡Feliz día del niño y de las niñas también! Que no tengamos que hacer esta distinción de género. Para eso podríamos transformar nuestra educación.
Por cierto, el "herror" de signos en el título es "hintenzional".
Hojeando mis hojas de pronto ví
Plumones, plumas,
crayolas y lápices,
colores diversos cual ilusiones...
Me sorprendieron tus trazos,
inventando en mis líneas.
Disrruptiva siempre jugaste a crear:
Nubes autistas, como perdidas,
pero siempre unidas.
Tu sol en guiño feliz.
Serpenteando tus magias
desde el ultimo renglón
emergen puertas, ventanas y tejas...
Segurititito nuestra casa de entonces.
¿Qué color tendría el calor de ese hogar?
Mientras,
en cultos y conocedores trazos
adivinabas ya en mil juegos
tulipanes, margaritas, un sauce llorón
¿lo sabías?
Tu sauce...
¿Acaso llora jugosas frutas?
¿Peras?, ¿manzanas o mangos?
Aunque también su sonrisa
entre dientes devela mil sabores.
¿Duraznos, uva, cereza y fresa?
Y en el tronco ¿qué es aquel nubarrón?
¿Acaso un corazón?
Al centro, adentro,
en donde todos lo ven...
¡Y el oso-osa!
Ese oso, tu oso
Pero, ¿cuál de tus osos?
Ni pepino ni Taki,
ni Italia ni sueño…
¿quién es?
Intruso amigo,
que irrumpe en tu paisaje
¡y es feliz!
Aquel bípedo bailarían,
hace de tu paisaje un jardín.
Un corazón aletea cual mariposa
que se posa sobre el oso-osa
tus líneas
y tus letras,
Sobre mis líneas,
tan mías...
¡Pero ya no son mías!
Ahora ya nuestras
con este dibujo lo muestras
¿Y qué más me
muestras?...
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