Mi encuentro con Instituciones Inclusivas

José Miguel Herrera Romero

Hace muuuchos años.... Trabajé en una primaria de niñas y niños sordos en cuanto salí de la universidad. Esa experiencia profesional fue arquetípica en mi desarrollo personal y profesional.

Después de varios años de guardar distancia en el trabajo con discapacidad auditiva, asistí virtualmente al Encuentro Nacional de Instituciones Inclusivas de Educación Superior, ENIIES. Esa ha resultado una feliz experiencia de otras muchas en este año que recién comienza. 

He disfrutado de las conferencias y proyectos de investigación como nunca imaginé. Es poco si digo que quedé fas ci na do.

Desde la ceremonia de inauguración, quedó manifiesto un llamado a vivir una triada de valores elementales: el humanismo, la Responsabilidad Social y la inclusión. Sin ninguna duda veo aquí un  esbozo de la "ética del siglo XXI" en la que es ya preciso gravitar. Y como telón de fondo el llamado a  trabajar por un piso parejo para todas y todos. Tal vez por ello, de pronto, me siento como fuera de lugar o en otra época. Esa racionalidad no existía "en mis tiempos". 

Y como si pasar de la sorpresa al asombro fuera el objetivo, de inmediato comenzaron las presentaciones de Universidades de todo el país. El tono común es el "re-diseño" institucional que acompaña el reconocer que ingresan a formarse las y los jóvenes universitarios sordos: Tenemos nueve alumos sordos... Pues por esos 9 vale la pena todo el rediseño institucional de la Universidad; aquella otra institución solamente tiene una alumna sorda... Y el parámetro de adecuarnos a lo que las y los demás requieren, no deja lugar a dudas: se trata de construir un mundo en el que quepamos todas y todos.

¡Se incluyen cada vez más servicios de intérpretes para personas sordas! ¿Se imaginan estudiar con una compañera o compañero sordo la materia de historia? Por cierto, planteaba una ponencia, ¿cómo hacemos la seña de historia y la distinguimos de la historiografía? Más debates sobre la evolución del lenguaje de señas.

Me encantó la intervención de María Cristina Hernández Tapia, una maestrante pedagoga sorda, citando a Hurssel y Edith Stein. Ella propuso replantear el análisis de trayectorias educativas de estudiantes sordas y sordos. Más aún, evidenció que la mentalidad que tengamos como maestros, amigos, profesores, etc., aporta o limita en la construcción de la subjetividad de todas las personas, incluidas las y los sordos. 

Dicho de otro modo, con frecuencia olvidamos a la persona por enfoncarnos en la discapacidad. Por eso conviene "re-visar, re-prensar y re-inventar" lo instituído. Necesitamos un nuevo diseño institucional y educativo.

Y mientras más intervenciones seguían, las sorpresas no paraban. Les comparto algunos ejemplos: 

  • Actualmente se debate que, si la lengua de señas es lengua materna de las personas sordas, entonces acreditar español no debe ser "pasar"una materia, sino certificar dominio de una segunda lengua. La inclusión en este caso pasa por generar itinerarios educativos encaminados hacia el bilingüismo. A la vez, redefine nuestra idea de discapacidad.
  • ¿Clases en línea con sordos? ¿Se imaginan tener sordera, en una sesión en zoom, con pantallas apagadas, pero desde un celular? se pierde la pantalla o se pierde el intérprete. Pues hay ya universidades que se plantean en serio el diseño de plataformas adecuados para personas sordas, incluida conversiones de voz a texto. Y otro tanto también con estudiantes ciegas y ciegos. 
  • Ya se exige definir un encuadre acerca del papel de los intérpretes en las clases, tutorías y asesorías. Al mismo tiempo, necesitamos sensibilizar a los profesores para que, en vez de dirigirse al intérprete, su centro de atención sea el o la estudiante sorda. Como yo lo digo, hace falta un "carreño para el trato con personas sordas"; y otro para personas ciegas... Si. Ya sé, no hay tiempo, es muy cansado... Nada más que ya es siglo XXI, diré. ¡Estamos ya en otra época!
  • ¿Y qué tal si aplicamos el "pregúntale al sordo"? Hay proyectos interesantísimos con metodologías cualitativas con entrevistas a estudiantes sordas y sordos para análisis de narrativas, historias de vida y su experiencia escolar vivida: Cómo les ha ido y cómo se han sentido en el trato en las escuelas donde han estudiado; cuál ha sido su trayectoria educativa; estigmas y estereotipos enfrentados y cómo les hemos lastimado o cómo les afecta; lo mismo que identificar  elementos que facilitaron e impulsaron su desarrollo;
  • Si realmente hablamos de inclusión, conceptos como biodiversidad necesitan volver a conceptuarse. Necesitamos dejar atrás conceptos abstractos, para "educar-nos" en comprometidos estilos de vida para asegurar la sostenibilidad del planeta. Luis Giovanni presentó dicho concepto como el conjunto de elementos que son amenazados en nuestra comunidad. Así, pueden surgir responsabilidades en el cuidado del agua, en el manejo de basura, en el reciclado de recursos, etc.
  • Sarita, una filósofa sorda, señaló sin tapujos que el desperdicio que hacemos del agua es terrorismo... Si, radical, muy radical, y muy cierto, si analizamos los conceptos. Estamos amenzando la vida en el planeta. 
  • El proyecto Neki, las señas, el entorno natural y su cosmovisión, presentaron un fabuloso material en natuatl, lengua de señas y español, jugando además, fabulosamente, con niveles de lenguaje. ¡Lengua de señas en nahuatl! 

Yo quedé desbordado con estas experiencias. 

Les comparto también que hay quienes quedaron  insatisfechos por los pocos logros que aporta este encuentro, la falta de acuerdos, las demás experiencias que quedaron fuera... Totalmente de acuerdo. Mucho faltó y siempre faltará.

Sin embargo, además de dar la bienvenida a estos nuevos u otros muchos debates, reconozco y doy la bienvenida a estos problemas porque justamente, vivimos YA una nueva era, muy distinta a la que, por ejemplo, me tocó vivir en la primaria de sordos donde trabajé. No han pasado ni siquiera 30 años y todo es diferente a como lo conocí.

Las universidades inventan, ponen a prueba programas de estudio, métodos y tecnologías, realizan investigaciones, modifican señalizaciones, implementan y revisan servicios de intérpretes para hacer con las y los jóvenes sordos realidades de inclusión universitaria. Una inflexión radical que abre expectativas a un mundo nuevo en el que ya no deberíamos permitirnos dar marcha atrás.

Dicho de otro modo, tenemos estos problemas y debates, lo mismo que fascinaciones, porque le estamos entrando a la nueva era. ¿Tenemos debates, desacuerdos, problemas, conflictos? Es precisamente porque estamos situados en donde nos toca vivir. Y en el decir de no pocos, vamos tarde.

En las relaciones humanas, algo semejante nos ocurre. Es fundamental hacer una pausa y reconocer que, lo que no nos guste, lo que no nos deje satisfechos, es precisamente el indicador de que ya avanzamos. Por eso nos sentimos así. Hay daños que deben ser reparados y no se resuelven con  el famoso "oh, usted disculpe". Necesitamos replantearnos las relaciones y, en ocasiones superarlas y hasta alzar el vuelo para movernos a otro lugar, con nuevas posibildiades de relación.

Junto con estas investigaciones, me parece que necesitamos la audacia de mirarnos frente al espejo y reconocer lo mucho vivido y andado. Tal vez así se pueda redireccionar. Después de todo, las circunstancias no tienen la última palabra. Nosotras y nosotros también las podemos inventar.

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