Perdón, perdón, aquí integrando...
Han sido muchas semanas ya de silencio en este espacio. Les ofrezco mil disculpas por dejar de compartir nuevas experiencias y cambios que se aglutinan y los respectivos análisis de la realidad que me suscitan nuevos criterios en los que abrevo. La inclusión social es un manantial de novedad.
Fernando, un buen amigo de la maestría, me encontró en la calle y sólo me dijo "ya publica y termina la maestría". Ya, ya, ya volví.
El cambio que elijo compartir en esta ocasión es la mudanza a un nuevo departamento.
Son muchas emociones y nuevas expectativas. Sobre todo, nuevas alegrías y sorpresas que conlleva toda transición. Sin ninguna duda me llenan de nuevas energías todas estas experiencias. ¡Es apasionante!
¡Puf! ¡Pero qué intenso es un cambio de domicilio!
Quienes ya han vivido estas experiencias de mudarse, saben lo complejo de hallar un nuevo lugar: buscar casas o departamentos, fraccionamientos, condominios, conocer financiamientos, hacer visitas semana tras semana para conocer los lugares seleccionados, cotizando, pidiendo citas que no confirman, agendando y haciendo rutas de recorridos y cambiar todo de momento... ¡Qué agotadoras y frustrantes semanas, donde se regresa de nuevos rumbos sin nada en claro!
En estas primeras semanas, Pil, generosa siempre conmigo, me invitó a definir primero un sueño: ¿Para qué quiero esa casa, ese lugar? Pero antes que eso, ¿qué quiero? ¿Quién quiero ser? Para mí, con mis ególatras ínfulas de ser práctico, la respuesta inmediata fue "un lugar cerca de mi trabajo". ¿O sea que el trabajo organiza mi vida? ¿De veras? ¿Y ya?...
Entonces me puse a pensar, a soñar... Y me dispuse por varios días a hacerme un sueño, un proyecto. De inmediato aparecieron ideas, expectativas de vida, cotizaciones y presupuestos, nuevas ilusiones y, sobre todo, posibilidades de un estilo de vida que, sin darme cuenta, ya tenía trabajando. Se trató entonces de integrar ideas y de encontrarme un lugar, que se volverá MI lugar.
Entender que una casa es mucho más que un lugar, me hizo pensar en cierta manía que los varones tenemos en las parejas de dejar, en muchos casos, que la mujer decida y escoja la casa... "Eso" -una expresión muy recurrente en lengua de señas, para los sordos-, eso, insisto, no nos involucra. Nos mantiene distantes de una dinámica de búsqueda y, en principio, de expresar lo que queremos. Los varones callamos mucho en este aspecto.
Hoy pienso que todo lo que sale de hacerse de un sueño o de aterrizar una visión personal de desarrollo en un lugar, equivale a conseguir un hotel. Más aún, nos deshumaniza y sólo nos vuelve inquilinos. No manifestamos nuestros deseos y, en algunos casos, terminamos en un conformismo que evade la transformación que mana del conflicto y/o limosneando un muro o un rincón para poner "lo nuestro".
En muchos casos, donde el varón sólo piensa que basta con mover sus cosas de un lugar a otro, la casa o el depa ya fueron elegidos. El rumbo, el ambiente del lugar, las plantas locales que crecen, la cercanía a centros comerciales o escuelas, los vecinos... Todo ya fue decidido. La casa fue tomada, porque no quisimos participar desde el principio. Otra persona, que sí manifestó y se deslomó por trabajar una visión, un proyecto, un sueño..., decidió sin considerar nuestra voz propia, porque callamos la nuestra.
Es duro admitirlo. Pero sucede. No es el único factor del fracaso en una relación. Me parece que este no involucrarnos en muchos casos, equivale a una semilla de fracaso en la construcción de vida en un nuevo lugar, de una pareja, de hacer hogar... Sólo es una semilla, que si se pone en las condiciones adecuadas, o dicho de otro modo, si se siembra y se cultiva... Catástrofe. Las relaciones se cultivan, y las rupturas también.
Es cuando gravitamos en el me late o no me gusta... Y nada nos satisface. Y decimos que no sabemos por qué.
¡Qué importante es plantear nuestra voz! Por escrito, un dibujo, un boceto, un diagrama, un FODA... En esas expresiones se manifiestan deseos, pero, ¿Qué deseamos?
Quien tiene un sueño tiene un camino, dice Paxti Inzulain y, para este caso, hemos de considerar que el camino abarca toda la vida, así que a trabajar un sueño de largo alcance. Alguna vez, el futbolista apodado Chicharito clamaba: "¡Imaginemos cosas chingonas, carajo!!". Así que a soñar en grande y a pelear por ello.
Ahora veo que, en muchos momentos de mi vida y en no pocas relaciones, no pensé lo que yo realmente quería y, por lo mismo, no me supe sumar a proyectos y sólo pretendía encajar: un nuevo jefe, un nuevo trabajo, una intervención en comunidad, un equipo de trabajo, una relación... Y cuando se me ocurrió expresar mi voz ya era tarde o me aplicaron la de Serrat: Destierro y excomunión.
Tener un sueño fue sólo el principio.
Después del agotamiento de la compleja búsqueda, por fin encontré un lugar a mi gusto... Y luego los pagos y la mudanza, donde siempre hay pérdidas... Si. Hubo trastes, esculturas y viejos recuerdos que llegaron muy maltratados... Enojo, dolor, frustración... Y a seguir soltando...
Las mudanzas se preparan, se planean... Se dejan y sueltan cosas, ropa, recuerdos, adornos... Y es que algo cambió dentro de nosotros primero. Por eso cambiamos de lugar también. Así que hay que dejar ir, soltar, regalar o vender, no sin antes de agradecer el valor que tuvieron dichas cosas en su momento.
Y luego sigue sacar las cosas en el nuevo depa, hacerles un lugar, improvisar cajas que se transforman en muebles... Poco a poco hacerme mi espacio, con mis cosas... ¡Toda una inversión de tiempo, trabajo, decisiones enfocadas en mi bienestar! Trabajar en mí agota, es condición parte de mi desarrollo personal.
De nuevo con todos mis libros, pinturas, fotografías, ropa, origamis, caballería, teología, sociología, psicología y filosofía, trabajo social... Todo estaba desperdigado en diferentes lugares: la deliciosa cabaña de Ajusco y que agradeceré siempre a Rai, Soren y a Consuelo; en la casa de mis hijas, Tula... Ahora, todo vuelve a estar en un lugar común. Mis cosas están a la vista y donde yo decida. ¡Qué sorpresas surgen! Y se manifiestan con nuevas posibilidades para hacer conmigo mi lugar, mi espacio... ¡Me llenan de energía!"Estás en integración, Miguel", me sugirió la super psicóloga Claudia Bello, a quien recomiendo ampliamente. Si. Con mi equipaje reunido de nuevo, una carga, muy compleja, por cierto, emergen nuevas posibilidades. Así somos cada uno en nuestra singularidad.
Así que aquí estoy, desde una nueva ubicación, en el sentido geográfico y existencial. De aquí sigue equipamiento, soltar, reacomodar, renovar e integrar la novedad, para desde aquí aportar a construir un mejor mundo, más justo y donde quepamos todas, todos y todes, con toda la riqueza que nos da la diversidad de cada uno.
Me da gusto ver que te estas renovando y estas viviendo una nueva experiencia y una etapa diferente de tu vida, sigue así y sobre todo se feliz.
ResponderBorrarMuchas gracias!
ResponderBorrarQuerido Migue!!! Esa parte tuya de "Cuál es tu sueño, que quieres y para que" es y fue y será un gran aprendizaje, fue tu primer plática cuando te conocí, me da un gusto enorme que estés establecido en el lugar adecuado y elejido por ti, ten por seguro q cuando tengamos oportunidad de hablar ya no te preguntaré, y ahora dónde andas? Se que estás cumpliendo tu sueño.
ResponderBorrarUn abrazo con mucho cariño🤩👍
Mujeeeer! muchas gracias!!!!!!
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