Hoy toca… la pausa al bisonte
José Miguel Herera Romero
foto: https://images.app.goo.gl/Md1qSrndAAvBBw7t5
Un comentario que escucho de muchas amigas es que, un buen número de hombres que las intentamos seducir o las rondamos o que las halagamos o les coqueteamos o que las pretendemos, con frecuencia participamos de un elemento común, que también podemos encontrar en el acoso:
Los hombres no sabemos escuchar un no.
Necios, sordos a sus palabras, proponemos sexo, noviazgo, romance, incluso hasta matrimonio, pero cuando a ellas algo no les late, no les parece o no les interesa o les molesta algo o las incomoda, ningún argumento es suficiente frente a nuestra terca necesidad: cual bisontes en estampida -a estas poderosas bestias fascinantes, nada las detiene una vez desbocadas-. Y… si, en algo parecido nos convertimos. Literal, como animales hemos de ser tratados.
“No quiero”, dice una voz femenina. Pero por desgracia, nuestras respuestas van desde un ¿por qué no?, si tu me gustas, Estoy seguro que haríamos buena pareja. Date la oportunidad, ándale. “No quiero”… Pero eso no es razón, a ver explícame por qué no. Y en cada encuentro, sin darnos cuenta, incurrimos en todos los elementos que componen el acoso, el maltrato, la violencia. Pero no lo podemos ver.
En esas condiciones, si hay sexo, es porque intenseamos en necedad. Fue capricho nada más. Un buen amigo, mejor conocido como el Rolas, me comentó alguna vez que eso equivale a arrojarle el contenido de un bote de basura a una mujer. No recuerdo dónde leí que el sexo como capricho son como masturbaciones vaginales…
Pero no sólo eso. Alejandro Fernandez canta una canción que habla de “todo un caballero” que, según me cuentan algunas mujeres, es en muchos casos la salida frente a la necedad: sólo porque estás con otro o porque tienes pareja, sólo por eso, por respeto a ese hombre no me acerco y lo respeto A EL. Dicho de otro modo, a ti no, tú no mereces respeto, ni siquiera eres humano, sólo eres una mujer, parece ser el mensaje susbsumido, bajo la línea de flotación. No se ve, pero el insulto, la violencia, el maltrato, están allí.
Es muy molesto escuchar que solamente así, con el argumento de estar con otra persona en una relación, nuestras embestidas pueden cesar. Mientras eso sucede, cual toreros, ellas tienen que capotear, evadir, disimular o fingir ante nuestros violentos embates. Porque eso son. Manifestaciones de violencia (se me ocurre que tal vez eso abona al rechazo de muchas personas a la fiesta brava. ¿Para que queremos toros y un ruedo, si ya tenemos un violento maltrato cotidiano "en la puerta de su casa"?).
Por supuesto que hay mujeres que provocan, manipulan, utilizan a los hombres para su provecho. Ross me ha insistido en ello recientemente. De acuerdo, eso no se niega. Sin embargo, no deja de ser molesto enterarse que en ocasiones hemos sido muy brutos en la forma en que vamos a una relación.
En lo que toca a los hombres, tendríamos que reflexionar qué tan frecuente es que nosotros decidimos, sin considerar a la otra persona. Dicho de otro modo, ¿nos importan ellas o al menos su parecer?
Y es que el orgullo masculino, así como nuestras formas de machismo patriarcal, no permiten ni facilitan la construcción de relaciones humanas ni mucho menos favorecen la posibilidad de encuentro, de diálogo, de construcción de vínculos. Es mi voz, mi criterio, mi deseo, mis ganas, mi momento. El yo-mi-me. Alberto Cortés planteaba con dulce ironía que en francés nuestro ego machista se traduce como un delicioso mua (se escribe moi, pero se pronuncia como un beso).
Así que, propongo que cada vez que digamos hoy toca, pudiéramos, como en los videos, tocar el botón de pausa y revisar si, por casualidad, aparece el criterio de ellas. Pase lo que pase, sería más divertido, más espontáneo, más humano, más pleno. Aaaah, pero eso compromete, nos confrontaría con nosotros mismos. Entonces, la pausa sería sólo para valientes, para caballeros de verdad.
¿Le has preguntado a tu pareja o a la mujer que te gusta, si alguna vez te has comportado como bisonte en estampida?, ¿Te atreverías a indagar? ¿Serías tan valiente?
Ahora sí no estoy nadita de acuerdo. Me parece que eliges un sector de la población masculina y generaliza
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo, sí hay hombres que son como menciona "Sir" pero afortunadamente no todos los hombres forman parte de ese sector.
ResponderBorrarYo conozco a un hombre amoroso, que escucha, que toma en cuenta a las mujeres y que apoya; trabajador y próspero que te hace sentir protegida: mi padre ��.
Estoy segura hay varios más como él y con hombres así, no hay porque capotear y mucho menos dar una estocada final.